Mariano Conti, jefe de contratos inteligentes de MakerDAO, nos lee su ensayo sobre su experiencia personal con criptomonedas, desde el punto de vista de un Argentino cuya familia ha experimentado períodos de hiperinflación, y de un freelancer que recibe pagos por su trabajo desde varios países. Mariano describe la evolución de Maker desde Dai de Colateral Único (ahora Sai) hasta Dai Multi Colateral, y también brinda su perspectiva de los eventos del Jueves Negro y las subastas de deuda subsecuentes que el protocolo debió llevar a cabo para regularizar su situación.

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Enlaces del Episodio:

Mariano Conti: https://twitter.com/nanexcool

Traducido por Crypto Patoruzú: https://twitter.com/Crypto_Patoruzu

Ensayo de Linda Xie sobre crypto memes en Unchained : https://unchainedpodcast.com/how-memes-can-help-crypto-go-mainstream/

El Ensayo:

Mis abuelos murieron sin tener acceso a sus ahorros de toda la vida.

En 2001 Argentina atravesó una de las peores crisis económicas de su historia. El Peso Argentino, artificialmente vinculado 1 a 1 al dólar estadounidense, no pudo resistir más. Las exportaciones dejaron de ser competitivas. No existía una política monetaria independiente. La gente cambiaba sus pesos por dólares, extrayendo de los bancos y a menudo transfiriendo al extranjero, o guardando “debajo del colchón”. Había temor a una corrida bancaria.

Entonces, el 1 de diciembre de 2001, el gobierno argentino decidió que el dinero de la gente no era más suyo e instituyó el “Corralito”, un congelamiento en las cuentas bancarias de la gente que les permitía retirar sólo una pequeña cantidad de su dinero semanalmente. No se permitían retiros desde cuentas denominadas en dólares, a no ser que se aceptara convertir esos dólares a pesos. Las tarjetas de crédito y débito continuaron funcionando, pero la escasez de efectivo causó muchos problemas en la economía.

Desde el 21 de Diciembre de 2001 hasta el 1 de Enero de 2002 hubo 5 presidentes en el país. 5 presidentes en 11 días. La situación empeoraba. El congelamiento de los bancos continuaba, pero ahora la mayor parte de los depósitos eran cambiados por bonos denominados en pesos. Para empeorar las cosas, todas las cuentas denominadas en dólares también fueron convertidas a pesos o “pesificadas”. Inmediatamente después devaluaron el peso. Al comienzo bajó de 1 a 1,4 pesos por dólar y después, al dejarlo flotar libremente, alcanzó los 4 pesos por dólar en unos pocos meses, alrededor de Diciembre de 2002.

Se puede ver a dónde me dirijo con esto: no son tus llaves, no son tus monedas. Tu dinero en el banco, o en manos del gobierno, no es tu dinero. Desearía poder haber recitado este mantra a mis abuelos.

Por supuesto que esta no fue la primera vez que algo así ha sucedido en mi país. A lo largo de los años, Argentina ha sufrido varias devaluaciones de su moneda, períodos de hiperinflación, corridas bancarias, controles de capital y congelamiento de activos entre otras cosas. Es una de las razones por las que la gente compra dólares y los guarda bajo el colchón, por las que los abuelos les regalan a sus nietos billetes de 10 dólares en su cumpleaños y por las que, en Argentina, la población en general no confía en el gobierno o los bancos.

Esta también es la razón por la que yo creo que los Argentinos a veces están más dispuestos a correr riesgos en otras áreas y parecen ser más expertos en finanzas que en otros lugares del mundo. Aquí, la mayoría de la gente trabaja para no perder, ni hablar de obtener ganancias. Si uno llega a olvidarse un billete de 100 pesos en un bolsillo y lo encuentra un año después, felicitaciones, ha encontrado un billete de 50 pesos. Es la razón por la que investigamos cada alternativa disponible, siempre en búsqueda de acceder a dólares, algo que tanta veces nos ha sido negado. Y aparentemente hemos encontrado la respuesta en las criptomonedas.

Mi viaje

Mi viaje con las criptomonedas comenzó en 2014 por necesidad de tener control de mi dinero. Pero déjenme dar otro paso atrás. Después de un largo período de vivir en la Ciudad de México, (me mudé allí en el ’86 a los 6 años), decidí regresar a Buenos Aires, la ciudad donde nací, a final de 2010. Nunca me sentí completamente Mexicano o Argentino, como si nunca hubiera pertenecido a uno de estos países. Al cumplír 30 años, pensé que era mi oportunidad de reconectarme con mis raíces. Entonces en abril de 2011, y habiendo terminado la relación con mi novia, vendí o regalé la mayoría de mis pertenencias y viajé a Buenos Aires con dos valijas, una con ropa y la otra con una computadora.

No pude haber elegido un momento peor para mudarme.

Digan lo que quieran sobre Mexico, pero su cercanía a los Estados Unidos significa que tienen una economía en su mayor parte muy estable. La mayor parte de lo que he mencionado sobre Argentina lo había vivido solo a través de historias, anédotas de parientes o las noticias. Tan sólo 6 meses despues de mudarme a mi país de origen, el goberno instituyó nuevos controles de capital: a la gente común se le prohibió comprar dólares en bancos o casas de intercambio de divisas. Sumado a esto una economía que ve de manera regular una inflación de doble digitos y el apetito Argentino por los dólares, era una receta para el desastre… y los mercados negros. Los dólares se compraban y vendían con una prima del 50% del valor “oficial”. Y esto ha continuado por años.

Entonces en 2014, cuando me vi trabajando en una pequeña agencia digital en Buenos Aires, negocié un salario regular en pesos, y otro “bajo la mesa” en dólares. Esto era una práctica común entre profesionales del sector IT y tecnología. El problema era recibir el pago en dólares. Mi empleador no podía depositar dólares en mi cuenta de banco denominada en USD en Argentina, ya que eran convertidos a pesos instantáneamente a una tasa 50% inferior a lo que yo podía venderlos en el mercado negro (nosotros lo llamamos mercado azul, o dólar azul, no pregunten por qué). En ese momento la tarifa oficial del gobierno era alrededor de 8 pesos por dólar. En el mercado “azul”, un dólar me compraba casi 14 pesos.

Un depósito en mi cuenta bancaria local no era lo ideal. Volar a Miami y abrir una cuenta de banco allí estaba fuera de discusión. Paypal hacía tiempo que estaba prohibido. Mi empleador me debía más de seis meses de salario.

Hasta que un día mencionó Bitcoin.

La Era Bitcoin

Bitcoin ya era conocida en Argentina, pero no era lo mío. Los freelancers Argentinos habían estado usando Bitcoin como medio de pago de compañías europeas y estadounidenses por un largo tiempo, a menudo negociando salarios que estaban denominados en dólares, y con la libertad de recibir su salario en algo de lo que el gobierno no podía apoderarse. No pude ver ese potencial hasta que personalmente me vi en la necesidad de encontrar una manera de tener mi dinero en algo más fuerte que el peso.

Entonces investigué un poco, descubrí que era absolutamente lo mío, y procedí a cobrar seis meses de salario en el tiempo que tomó la transferencia de Bitcoin de una billetera a otra. Fue algo mágico. Más tarde descubriría que me convertí en parte de un grupo más grande, tantos ingenieros en Argentina ya habían comenzado a usar Bitcoin. Muchos porque veían su potencial, pero muchos también por necesidad. ¿Era esta otra vía que conduce al dólar y mantiene a raya la inflación? Si es así, le daríamos la bienvenida. Era una manera de vencer al sistema, una manera de mantener posesión del trabajo propio, una manera de eludir a la banca tradicional.

No fue sin problemas. Alguien a quien se le pagaba en Bitcoin tenía que asegurarse de que se establecieran términos claros. ¿Te pagan al comienzo del mes o cuando se completa un proyecto? ¿Cuál será el tipo de cambio? ¿Es cuando llega la fecha de pago o cuando finalmente se realiza el pago? Dependiendo de las respuestas a estas preguntas, se podía ganar o perder mucho dinero. A menudo estas transacciones no terminaban bien, debido a la volatilidad. Amaba la libertad que Bitcoin me brindaba, pero tenía que haber algo más, verdad?

Llega Ethereum

Descubrí Ethereum a fines de 2015, unos meses después del lanzamiento de su Mainnet, y me enamoré instantáneamente. Aquí estaba la blockchain y criptomoneda que tenía todos los beneficios de Bitcoin pero además era programable. Nada mejor para mi cerebro de ingeniero. Las posibilidades no tenían límite. Fue como descubrir un nuevo mundo otra vez. Puse la mayor parte de mis ahorros en Ethereum, sabiendo que era allí donde debían estar, donde debería estar mi enfoque. Todavía no había mucho allí, pero la idea de lo que podría ser era atractiva.

Y entonces sucedió el DAO hack. No destrozó mis esperanzas en Ethereum, pero me recordó de los riesgos involucrados en cualquier nueva tecnología. Me dije a mí mismo que todo iba a estar bien de cualquier manera, con bifurcación o sin bifurcación. Decidí que los riesgos eran aceptables, siendo la alternativa la utilización del sistema bancario tradicional Argentino.

Pero a Ethereum todavía le faltaba algo: estabilidad.

MakerDAO

Me uní a Maker en 2016 gracias a una serie de coincidencias. La agencia digital donde yo todavía trabajaba fue contratada por Maker y me uní como desarrollador junior a la edad de 35. Comencé a aprender sobre la premisa de Maker poco a poco, de plataformas de intercambio descentralizadas y de finanzas abiertas. Hice el diseño de la primera versión de los Oráculos de Maker, los cuales todavía se siguen usando. Mi motivación principal era la promesa de una moneda estable vinculada al valor dólar estadounidense, unidad contable universal, pero con todos los beneficios de una criptomoneda. Ya estaba adentro, esta era mi nueva misión.

No fui parte del equipo inicial que escribió el documento técnico y no trabajé en los primeros prototipos, pero igual me considero un OG de Maker. Durante esos días todavía estábamos en la etapa de diseño y experimentación. No existía Open Zeppelin ni Truffle o, si existían, todavía estaban muy en sus comienzos. Todo lo que hacíamos era nuevo. Si necesitábamos una herramienta para resolver un problema, la construimos.

El unirme a Maker también significó dejar de recibir mi salario en Bitcoin y comenzar a recibirlo en Ether, lo que resultó ser algo bueno para mí, ya que el precio de Ether (y en realidad de casi todas las criptomonedas) subía y subía. Pero cambiar algo de ese Ether a pesos para pagar el alquiler y la comida no era tan fácil. Bitcoin todavía era la criptomoneda más usada en el mercado, por lo que tenía que pasar de Ether a BTC antes de poder ingresar al mundo del dinero tradicional. Aún así, valía la pena.

Llega Junio 2017. Después de años de trabajo, Maker lanzó una versión privada de Dai de Colateral Único (lo que ahora llamamos Sai). El único propósito de esta primera versión era ser lanzada en Mainnet, donde la Fundación abriría un CDP (Posición de Deuda Colateralizada) con Ether de colateral y crearía suficiente Sai para pagar los salarios de algunos voluntarios dentro de Maker que querían probar por sí mismos el producto que estábamos construyendo. Después de acuñar Sai y enviarlo a sus empleados, el sistema sería apagado inmediatamente y aquellos tenedores de SAI tendrían derecho a una porción del Ether usado como colateral.

Funcionó a la perfección. Y nos demostró que el sistema se estaba preparando para su momento estelar.

Pocas semanas después y tras corregir algunos errores, una segunda versión se lanzó en Mainnet. Esta es la versión a la que actualmente nos referimos como Proto-Sai. Sólo la Fundación Maker y algunos nuevos socios pudieron probarla. No existía una economía alrededor de esta versión. Pero aún así, fue la primera criptomoneda estable respaldada por un activo en la blockchain de Ethereum, vinculada 1 a 1 al dólar estadounidense y respaldada por Ether. Y otra vez, , en una demostración extrema de cómo probar tu propio producto, muchos empleados y contratistas, yo incluído por supuesto, decidimos que nuestro próximo salario fuera pagado 100% en SAI.

Fue un momento histórico. Ver esos números en una transacción de Ethereum, saber que mientras el sistema funcionara correctamente se mantendría estable, fue una experiencia reveladora. Vinieron a mi memoria recuerdos del DAO, que luego se convirtieron en recuerdos de las historias del sistema bancario Argentino y me sentí a salvo. Si voy a confiar en alguien con mi dinero, que sean los nerds y los innovadores, no los políticos, los bancos o el gobierno.

No había mucho para hacer con mi recientemente emitido Sai. Aún era una versión beta privada y no existía la Tasa de Interés Dai, Uniswap o Compound. Más allá de enviarlo como novedad a un par de personas, la idea era convertirlo a Ether una vez más. Esto sucedió algunas veces durante el desarrollo, pero nos dio una idea de las posibilidades; del futuro.

Y así, llegamos a Diciembre 2017, el mes en que Dai de Colateral Único fue lanzado. Este fue el lanzamiento adecuado, el que el ecosistema esperaba durante tanto tiempo. Y no nos defraudó. Es una maravilla ver crecer todo un sistema financiero ante tus propios ojos, derivado de la simple promesa de un activo estable. Presenciamos el nacimiento de las finanzas descentralizadas, o las finanzas abiertas, como quieran llamarlo.

Para poner las cosas en perspectiva, proyectos como Uniswap o Compound Finance, tan ubicuos en la actualidad, no saldrían al mercado hasta casi un año después. Me gusta pensar y espero que estén de acuerdo conmigo, que la existencia de Dai de Colateral Único puso en marcha tantos de los proyectos que vemos hoy, gracias a la promesa de un medio de intercambio estable. Empresas como Instadapp comenzaron como proyectos en un hackathon de 48 horas, dándonos diferentes (y a veces mejores) herramientas para interactuar con el protocolo Maker. Y no necesitaron pedir permiso. No hay nadie a quien pedir permiso en un protocolo descentralizado.

¿Pero quién toma las decisiones? ¿Quién dice cuánto Sai se puede pedir prestado por determinada cantidad de Ether? ¿Quién determina la tarifa de estabilidad a pagar por el Sai generado? Ese es el papel de la Gobernanza de Maker y es lo que hace de MakerDAO una organización autónoma descentralizada.

El Rol de la Gobernanza de Maker

En Dai de Colateral Único, no existían muchas palancas que se pudieran usar. Consistía principalmente en dos cosas: Sai cotiza por encima de un dólar, reducir la Tarifa de Estabilidad. Sai cotiza por debajo de un dólar, aumentar la Tarifa de Estabilidad. Eran tiempos más simples. Aún así, la Comunidad Maker se reunió todas las semanas, como lo había hecho desde 2015 para discutir cómo funcionaba el sistema y qué hacer al respecto. Dato curioso, las llamadas de gobernanza solían realizarse los domingos, en mi caso, a la hora del almuerzo. Cociné muchos asados con auriculares puestos, escuchando estas llamadas, para disgusto de mi familia.

Pero, por supuesto, según el documento técnico, Dai de Colateral Único no era el objetivo final. Al estar respaldado sólo por Ether, Sai aún era muy vulnerable a los eventos tipo cisne negro. Suponiendo que el precio de Ether cayera drásticamente en cuestión de minutos u horas, sería muy difícil para el sistema recuperarse de tal evento. Y a pesar de que Sai atravesó por el mercado bajista más grande que las criptomonedas hayan visto, mantuvo su paridad y se mantuvo estable. El precio de Ether pasó de $800 al momento del lanzamiento de Sai, $1.400 y después a $80. Sin embargo, lo hizo en el transcurso de varios meses.

Y aún así, Sai mantuvo su promesa de 1 Sai igual a 1 dólar. Y para un argentino, esto representaba otra buena manera de obtener acceso a dólares. Cuando mencioné que solía tener que superar algunas dificultades para pasar de Ether a Bitcoin y de BTC a pesos, después de unos meses de que Sai estuviera en el mercado, esas dificultades desaparecieron. Los operadores y los mostradores comerciales de venta libre comenzaron a aceptar Sai tanto como a Bitcoin y Ether. Las plataformas de intercambio facilitaron la compra y venta de Sai y el depósito de pesos directamente en una cuenta bancaria. Las tarjetas de débito cargadas con Sai se convirtieron en algo normal. Y los días de discutir si una factura denominada en Bitcoin se pagaría al precio de cuando se emitió o cuando se pagó se esfumaron. Simplemente funcionó.

Todos sabemos que estabilidad trae prosperidad. Y en una economía tan inestable como la mía, cuando se juntan estabilidad con descentralización y transparencia, el resultado es una economía imparable.

Ahora permítanme adelantar casi dos años, a noviembre de 2019, y el lanzamiento de Dai Multi Colateral.

Dai Multi Colateral (o MCD) representa la culminación de años de trabajo de cientos de personas. Toma lecciones aprendidas durante dos años de ejecución de Sai, iterando y reparando errores y supuestos. Aquí, la Gobernanza de Maker tiene un trabajo mucho más difícil de hacer. Tiene que administrar no uno, sino dos activos diferentes utilizados como garantía para generar Dai: Ether y Basic Attention Token (BAT).

Sai también es un colateral, pero es un caso especial, ya que solamente se usa para migrar del antiguo sistema de colateral único al nuevo. En las últimas semanas se ha agregado USDC como tercer colateral. Las Llamadas de Gobernanza discuten semanalmente el estado de la paridad, la relación entre el precio y las tarifas de estabilidad y también uno de los mayores logros de Dai Multi Colateral: la Tasa de Interés de Dai. Y a medida que pasa el tiempo, la comunidad no sólo ha crecido, sino que se ha vuelto mejor organizándose, haciéndose escuchar, proponiendo cambios en el sistema y, en general, reaccionando rápidamente a las condiciones del mercado.

Colapso de los Mercados

Mientras escribía este ensayo a principios de marzo de 2020, se estaba formando la tormenta perfecta. Una guerra de precios del petróleo y un virus que generó incertidumbre en los mercados. Finales de febrero nos trajo inquietud a todos. Finalmente, vimos un colapso absoluto de los mercados tradicionales y de criptomonedas el 12 de marzo de 2020. Alrededor del 50% del valor de Ether (y la mayoría de las criptomonedas en general) se desvaneció de repente. Y el Dai Multi Colateral, respaldado principalmente por Ether, también se vio afectado.

La blockchain de Ethereum se congestionó, con precios del gas subiendo hasta los 300 gwei por unidad de gas, algo inaudito. No sólo las transacciones eran increíblemente costosas, sino que tantas sucedían al mismo tiempo que la mayoría quedaba estancada en la mempool, esperando su oportunidad de ser minada. Todos los actores en el ecosistema se vieron afectados, ya sean pools de liquidez, titulares de Maker Vaults, tenedores de Dai o guardianes. Los guardianes son (generalmente) bots automatizados que escanean la cadena de bloques Ethereum en busca de oportunidades de arbitraje. En el caso del Protocolo Maker, los guardianes participan en subastas de colateral que se producen cuando las posiciones se vuelven insuficientemente colateralizadas y el sistema remata este colateral para recuperar Dai y permanecer solvente.

Los oráculos también fueron afectados. Con la creciente guerra de ofertas de gas, y tantas transacciones en espera, los Oráculos que se encargan de actualizar el sistema con precios del mundo real, tardaron en actualizarse. En retrospectiva, esto permitió que algunos propietarios de Vaults agregaran más colateral o pagaran un poco de su deuda en Dai, porque tenían algo de tiempo adicional para hacerlo antes de que el Oráculo fuera actualizado con un precio más bajo y provocara su liquidación. Pero incluso entonces, simplemente no había suficiente espacio en los bloques de Ethereum para incluir las transacciones de todo el mundo.

Como resultado de todo lo anterior, se desencadenaron una gran cantidad de subastas de colateral, y un subconjunto de estas subastas fue ganado por postores que presentaron ofertas apenas por encima de cero.

Esta fue realmente la tormenta perfecta. Los propietarios de Vaults luchando con los altos precios del gas y las demoras en la red, tratando de agregar Dai a sus Vaults. Las plataformas de intercambio también fueron afectadas. Coinbase congeló efectivamente los retiros por un tiempo, debido a la alta cantidad de gas que les estaba costando. Y con la creciente demanda de Dai y la crisis de liquidez, el precio de Dai comenzó a subir, llegando a casi 1,14 Dai por dólar el 12 de marzo.

Los guardianes también sufrieron las consecuencias. Si bien la Fundación Maker tiene un guardián para participar en subastas de colateral, también sintió el estrés de los altos precios del gas, transacciones retrasadas y falta de liquidez. Con tantas subastas ocurriendo a la vez, no hubo tiempo suficiente para reciclar el colateral a Dai para participar en más subastas. De los cuatro robots guardianes conocidos que participaron en estas subastas, dos comenzaron a enviar “ofertas cero” (de hecho, los oferentes enviaron ofertas por apenas decimales encima de cero), y terminaron ganando más de cuatro millones de dólares en Ether básicamente gratis.

Después de un tiempo, los guardianes lograron recuperar liquidez y comenzaron a ofertar nuevamente, restaurando el espacio competitivo de la subasta. Al final, se liquidaron alrededor de 1.200 Vaults, lo que resultó en 4.447 subastas. Debido al déficit de las subastas de colateral, el Sistema Maker necesitaría recuperar aproximadamente 5,4 millones de Dai.

Aquí es donde la Gobernanza y Comunidad descentralizadas y transparentes se vuelven tan importantes, y también es aquí donde más brillaron. En los Foros y Chat de Maker, la comunidad comenzó a discutir los eventos y a planificar cómo reaccionar de la mejor manera. Hubo una votación para cambiar algunos parámetros de riesgo en el sistema, dando a los guardianes más tiempo para ofertar en las subastas. También fue importante reducir la paridad a 1 dólar. Las tarifas de estabilidad se redujeron y la Tasa de Interés de Dai se redujo a 0 por primera vez desde su creación.

También se agregó un nuevo colateral no correlacionado con el mercado cripto: USDC, la moneda estable respaldada por dinero tradicional. Esto proporciona diversificación y sería una fuente adicional de liquidez si fuera necesario. Esto no estuvo exento de controversia, y le pido a cualquiera a ver o leer las transcripciones de las llamadas de Gobernanza del 12 al 20 de marzo para comprender por qué la comunidad tomó esta decisión.

El sistema también necesitaba recuperar 5,4 millones de Dai. El Protocolo Maker está diseñado de tal manera que los titulares de MKR cubren este déficit mediante la dilución de MKR. Si se liquida un Vault y la subasta de colateral no recauda Dai suficiente para reemplazar la deuda en Dai pendiente del Vault, después de un período de espera se crea una subasta de deuda que busca elevar este Dai acuñando MKR y, por lo tanto, diluyendo el valor de MKR. Es un riesgo que los titulares de MKR conocen y los insta a actuar responsablemente, mantenerse informados, participar y votar.

Mientras escribo esto, el Protocolo Maker creó y completó con éxito 106 subastas de deuda. Cada una recaudó 50.000 Dai y ofreció cantidades decrecientes de MKR. El total de MKR acuñado fue de 20.980.

La Comunidad Maker está discutiendo las circunstancias en torno a las ofertas y liquidaciones cero, y son ellos quienes finalmente determinarán cómo abordar este problema. Invito a todos a que vayan a los foros de Maker y participen en esta discusión.

Hay mucho que aprender de esta experiencia y espero que todos salgan más fuertes al final. Hay una mayor participación en llamadas de gobernanza y votación. Se están construyendo nuevas herramientas para hacer frente a las subastas, tanto por la Fundación Maker como por la gran comunidad DeFi. Los titulares de MKR entienden ahora que es una gran responsabilidad tener MKR, porque su acción o inacción rápidas puede tener consecuencias buenas o malas.

En cuanto a mí, creo plenamente en el sistema, la Fundación y la comunidad. Mi cheque de pago sigue siendo 100% Dai. Y continuaré trabajando para hacer que el Protocolo Maker sea más resistente por la mayor cantidad de tiempo que pueda.

Hoy

¿Notaron algo? En algún momento de mi historia, dejé de hablar sobre la economía argentina y su inflación. Esto se debe a que Dai me ha dado el privilegio y la oportunidad de ganar mi salario en un activo estable que no requiere tanto esfuerzo y planificación. No me hace pensar “cuánto voy a perder este mes” o “pongo mi dinero en ahorros o trato de comprar algo tangible como una motocicleta, que más o menos sigue a la inflación”. Solo trabajo y todos los meses gano un salario en una moneda fuerte. Es tan simple y hermoso como eso. Lo que muchos países dan por sentado, nosotros lo valoramos.

Linda Xie menciona en su propio ensayo en Unchained “How Memes Can Help Crypto Go Mainstream” que ella preguntó sobre las perspectivas de diferentes tipos de usuarios de criptomonedas. Y ella dice y yo cito: “Por lejos la mayoría de las respuestas que recibí fueron de argentinos”. Esto es algo que no me sorprende.

El largo trayecto en el camino por tener control sobre su propio dinero en esta economía tan difícil ha llevado a muchos argentinos comunes al descubrimiento de las criptomonedas, pero de una manera diferente a la que yo, o una persona técnica lo hubiera hecho en 2012, 2013 o 2014. Con el surgimiento de las criptomonedas estables, la idea de dinero que no puede ser censurado o confiscado, pero cuyo valor sigue siendo predecible, ha despertado el interés de personas de todos los aspectos de la vida.

Y aquí es donde hago la distinción que les da una ventaja a los sudamericanos: una tolerancia increíblemente alta al riesgo. Cuando uno cree firmemente que no hay nada más riesgoso que su propio gobierno o los bancos, cualquier alternativa se vuelve mucho más atractiva.

He visto, ante mis propios ojos, una nueva forma de economía en internet, en grupos de Telegram y WhatsApp, a través de reuniones semanales, que nunca pensé que fuera posible con las criptomonedas volátiles.

Si quieres ver el poder real que las criptomonedas tienen sobre la gente común, te insto a mirar al sur. Encontrarás un gran número de usuarios inteligentes, quienes han estado encontrando formas de proteger su dinero durante años, y siempre buscando la próxima gran oportunidad. Yo creo que las criptomonedas estables y descentralizadas como Dai son la próxima gran oportunidad que han estado esperando.

Estas no son personas intentando tomar posiciones a largo plazo, operaciones con margen o apalancamiento. Son argentinos, colombianos, venezolanos, y demás que buscan ahorrar y poder operar. Quieren dejar de pelear para sólo cubrir los costos, siempre rezagados por la inflación, y retomar el control de su dinero. Quieren mirar a un sistema bancario que les ha quitado despiadadamente año tras año, década tras década y poder decir: ¡basta! ¡¡YA ES SUFICIENTE!!

Abuelo, desearía que pudieras haber visto esto.